Cambiemos de espejo



Una vez más Dove ha vuelto a acabar con todos los mitos; las peores enemigas de nuestra autoestima somos nosotras mismas. Como dice la psicóloga Patricia Guitérrez Albadejo,"las mujeres somos muy subjetivas a la hora de valorar nuestra propia belleza pero somos capaces de ser objetivas a la hora de valorar a otra mujer".

Esta es una de las realidades que se desprenden del nuevo estudio sobre la Belleza Real de Dove –realizado en 20 países, 7 años después
del primero–. Los resultados son desalentadores pero tajantes; de un 59% de españolas que admite sentir presión para ser más guapa, un 32% sabe que esa presión proviene de ellas mismas. La sociedad (15%), los amigos o familiares (5%) y, lo más sorprendente, los medios de comunicación (5%), ya no son los principales causantes de nuestra insatisfacción.

Pero aquí no acaba la cosa en cuestión de paradojas. El 76% de las españolas reconoce la belleza en otras mujeres –afirmando que todas tenemos algo innato que nos hace ser bellas– pero son incapaces de admitir la suya propia. Es más, sabemos cómo lograrla –el 72% dice que las mujeres más guapas son aquellas que se cuidan más– pero no sabemos o no queremos hacerlo –casi la mitad admite no saber o no explotar sus encantos para poder mostrarlos mejor–.

Con estas estadísticas en la mano y con la idea de que la belleza debe ser una herramienta y no una fuente de ansiedad, Dove se compromete a seguir ayudando a mujeres y niñas a encontrar la belleza a través del cuidado diario de la piel con productos superiores que la cuiden por fuera e incluso por dentro. "Nosotros creemos que las mujeres más guapas no son necesariamente las que nacen así, sino aquellas que pueden conseguir la belleza a través del cuidado diario", dice Remigio Allegrozi, Brand Manager de Dove.
Aunque aún queda mucho camino, el porcentaje de mujeres que se define como guapa se ha doblado desde el primer estudio en el 2004 sobre la Belleza Real. Una señal de que Dove debe seguir luchando por esa ansiada relación positiva entre las mujeres y su propia belleza, y así darse cuenta de su potencial. 

Porque no hay duda de que la belleza está ahí, esperando a que cambiemos el espejo defectuoso desde el que la miramos.

fuente (vogue)